Por Ana Barreiro.

La reforma laboral, que entra totalmente en vigor el próximo día 30 de marzo, ha introducido en nuestro mercado laboral una serie de cambios a los que las empresas tienen que acostumbrarse. El objetivo fundamental es la reducción del desempleo, pero sobre todo de la temporalidad. Para ello el legislador ha introducido una serie de cambios, siendo los más relevantes los referentes a la contratación y a la gestión de los ERTEs y la aplicación del Mecanismo RED. Los principales cambios son los siguientes:

• CONTRATACIÓN: El contrato de trabajo se supone realizado por tiempo indefinido, desapareciendo el contrato por obra, y reduciendo al contrato de circunstancias de la producción. El antiguo contrato de interinidad es reemplazado por el de sustitución con ampliación de su ámbito de aplicación (situaciones protegidas por ley como es la reducción de jornada). Se incrementan las cuantías de las sanciones por contratación temporal fraudulenta. Se redefine y retitulan los contratos formativos. Por último, el legislador potencia la utilización del contrato fijo- discontinuo.
• ERTE Y MECANISMO RED: después de toda la experiencia con los ERTES en la crisis del Covid, se modifica la regulación de los ERTEs de fuerza mayor, y se crea el mecanismo RED de Flexibilidad y estabilización del empleo que una vez activado por el Consejo de Ministros permitirá a las empresas la solicitud de medidas de reducción de jornada y suspensión de contratos de trabajo. Tiene dos modalidades, la cíclica y la sectorial.